ESTRATEGIA DE COMUNICACIÓN PARA UNA CAMPAÑA ELECTORAL

El diseño de la estrategia de comunicación de la campaña electoral debe dar respuesta a las siguientes preguntas:

1. ¿Qué se va a decir?
2. ¿Por qué se va a decir?
3. ¿A quién se lo vamos a decir?
4. ¿Cómo y cuándo se va a decir?

Definido el objetivo de lo que se quiere comunicar, lo que sigue es: escoger el mensaje, precisar qué es lo que se desea lograr con lo que se va a decir y ubicar el segmento electoral que encuentra significado en el mensaje.

Al construirse y antes de comunicar el mensaje, hay tener en cuenta que debe ser fácil de explicar para que el electorado pueda entenderlo. Como quiera que en una campaña electoral es necesario construir varios mensajes, preferiblemente uno por cada tema, se recomienda que sus contenidos sean cortos con el propósito de obtener del auditorio facilidad de recordación.

La forma de comunicar y/o difundir un mensaje de campaña electoral depende mucho de la estrategia y la técnica comunicacional que se escoja. Al definirse la estrategia de comunicación, la técnica de difusión del mensaje debe ser aquella en la que el candidato se sienta más cómodo y seguro.

Es indispensable que construidos los mensajes de campaña se hagan simulaciones y/o ejercicios tales como: ruedas de prensa; entrevistas en radio, tv, redes sociales; boletines; conferencias; conversatorios; discursos en tarima; reuniones sociales… etc.

El consultor y el equipo de campaña deben tener la suficiente experticia para indicarle al candidato cuál es el medio y el momento oportuno para comunicar y/o difundir sus mensajes de campaña.

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OBJETIVOS DE LA ESTRATEGIA DE COMUNICACIÓN

1.- Incrementar el reconocimiento del candidato se logra con: presencia personal; el voz a voz de los simpatizantes y seguidores; publicidad radial y presencia en ella, televisión y su presencia en ella; publicidad digital y su presencia en la web y las redes sociales; publicidad en impresos.

Lo que sigue es el desarrollo de la estrategia que nos conduzca a persuadir, fidelizar y a conquistar electores.

2.- Proyectar la imagen deseada del candidato es propio del desarrollo de una estrategia de comunicaciones que solo tiene efecto cuando los electores ya han identificado al candidato. Es el momento de destacar, masivamente, todas sus cualidades.

3.- Difundir los temas de campaña debe ser una virtud del candidato desarrollada desde la estrategia de comunicaciones que se seleccione. Saberlo hacer a través de su imagen personal es parte del éxito.

Hay que tener la habilidad de cargar temáticamente al candidato para el manejo de propuestas en profundidad ya que a los electores les gusta que los entienda y se ocupe de asuntos específicos. No hacerlo y/o evitarlos desarrollará un problema negativo en su imagen.

Seleccione los temas con cuidado y enfatice en aquellos en los que el candidato es fuerte con el fin de reforzar la imagen deseada.

4.- Representar cambio o continuidad es una de las primeras decisiones estratégicas que se deben tomar para diseñar la campaña. Es ahí cuando se decide atacar para lograr el cambio, o promover la continuidad en un cargo. Estos son insumos necesarios para definir la estrategia de comunicaciones.

Las características y cualidades del candidato, y de quien esté en el poder, juegan un papel muy importante en el diseño de la estrategia del lenguaje para lograr el cambio o la continuidad.

Cuando se es oposición solo se gana atacando al candidato de continuidad y a quien está en el poder. También se gana siendo continuidad siempre y cuando quien esté en el poder lo esté haciendo bien y el candidato haya logrado concebir un buen discurso en ese sentido.

Para el candidato de oposición el ataque es su arma, y si la usa no debe dar un paso atrás ya que estaría admitiendo que su ataque es injusto. La recomendación es que antes de agredir decida si va a ir hasta el final de la campaña y de sus denuncias.

Para el candidato de continuidad su arma y escudo son los logros de quien está en el poder. Ser un buen candidato, manejar un lenguaje ponderado, coherente y con ideas nuevas le dará un plus grande frente a sus competidores.

Desde la perspectiva de quien recibe el ataque es necesario tener en cuenta que el objetivo de quien lo hace es lograr que le respondan. El contestar o no debe ser una bien pensada decisión estratégica de la campaña.

.5.- Atacar para lograr el cambio o promover la continuidad en un cargo deben ser decisiones inmersas en la estrategia de comunicaciones.

Antes de responder un ataque lo recomendable es evaluar si se está frente a una oportunidad o si de verdad está siendo objeto de un ataque real, con el fin de seleccionar los caminos a seguir.

Si el candidato es de continuidad y la decisión estratégica es responder un ataque, la recomendación es: prepárese, haga una pausa y tome aire; piense lo que va a decir, cómo, cuándo y dónde, y que recuerde que no se debe responder cualquier ataque.

Ignorar un ataque es una estrategia que al adoptarse debe tenerse el cuidado de no caer en la hipótesis de: “el que calla otorga”.

Cuando se esté en frente de un ataque fuerte, y se decida contestarlo o no, lo recomendable es medir el mercado – encuesta – para cuantificar el impacto de la decisión y reconsiderarla si es del caso.

En campaña electoral es común recibir ataques sucesivos. Al evaluarlos, la mayoría de ellos no vale la pena contestarlos. Por eso, contestar directa e inmediatamente, es una reacción emocional nada recomendable.

Los ataques buscan explicaciones que pueden ser dadas por personal administrativo o voceros políticos de la campaña, esto con el ánimo de no desgastar la imagen del candidato.

Si los estrategas de campaña deciden que es necesario y obligatorio que el candidato responda el ataque, solo debe hacerlo por el medio de comunicación indicado y cuando esté preparado para responder las preguntas o ataques.

¡No hable sin pensar, piense para hablar!