El tiempo es el recurso y/o activo más valioso y escaso de una campaña electoral. Para el candidato es único y limitado. Tiene días de solo 24 horas y para que la campaña sea exitosa, administrarlo debe hacer parte del plan estratégico a desarrollar. Todos los activos de una campaña son recuperables excepto el tiempo perdido.
Hacer eficientes esas 24 horas es una meta que se debe reflejar en el diseño y cumplimiento de la agenda del candidato. Por eso, el candidato, la organización administrativa y operativa de la campaña necesitan aprender cómo administrar el tiempo durante el periodo electoral.
La agenda del candidato discurre diariamente entre la familia, medios de comunicación, desayunos de trabajo, deporte, reuniones de planificación y citas personales, almuerzos de trabajo, descanso obligado, cena/comida o reuniones sociales y de barrios.
Es por eso que, para hacer más eficientes las 24 horas de cada día de campaña debes tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Ordena el día en segmentos de tiempo, en cada uno de ellos aglutina tareas similares. Respeta la agenda que planifiques aprendiendo a ser puntual y a respetar los horarios convenidos, pero si surgen modificaciones flexibiliza los horarios con anticipación.
- Di no a la reunionitis. Disminuye tu presencia en reuniones internas de la organización dándole prioridad a las que son importantes. Delega tu presencia en las que consideres irrelevantes.
- Reduce y determina la duración de las reuniones y precisa los objetivos de aquellas a las que tengas que concurrir.
- Evita que las reuniones caigan en corrillos intrascendentes propicios para la adulación, dirigiendo mejor la temática a casos concretos y a la asignación de tareas y responsabilidades.
- Reclama informes breves, si son escritos, una “síntesis apretada” de pocas páginas no cae mal. Impone el criterio de los “resúmenes ejecutivos” que reemplacen las extensas presentaciones verbales.
- Dedica un tiempo para el descanso, preferiblemente después del almuerzo saludable. Seguro te hará mucho más productivo.
- Recuerda que el ejercicio físico y la comida sana te harán recargar energías y mantener la mente clara. La eficacia de la campaña, su intensidad, así como la eficacia de la misma se pondrán de presente.
- Organiza equipos de trabajo para tareas afines. Selecciona con cuidado tu equipo más cercano: el conductor y quien administra tu agenda. Con ellos compartirás más horas que con tu misma familia, por eso debes acertar en su selección.
- Nadie puede hacer lo que a ti corresponde. Para muchas tareas de la campaña eres irremplazable. Pero, aprende a delegar y a ser leal con la estrategia convenida. Aférrate a ella.
- Deja en manos de tu consultor político, del gerente de campaña, de los miembros de bunker, del comité político, del jefe de finanzas y de los especialistas todo aquello que les corresponde hacer. Si están bien seleccionados y la estrategia está bien diseñada, ellos saben lo que tienen que hacer y cuándo lo deben hacer.
- Disciplínate en el uso de tu teléfono, en este caso tu asistente hace bien la tarea. No cometas el error de dirigir la campaña, recuerda que tú eres el candidato.
- No pierdas de vista que la campaña ante todo es comunicacional. Afina tu imagen y tu comunicación con la gente. Concéntrate en lo que nadie puede y debe hacer por ti. Conseguir votos y recursos es tu trabajo.
Finalmente, en las campañas electorales habrá momentos de descoordinación, no faltarán las contradicciones, las urgencias y la falta de tiempo harán colapsar las emociones.
Poner en práctica las anteriores recomendaciones no es nada fácil. Demanda decisión, fuerza de voluntad, esfuerzo personal y como quiera que la lucha es contra lo tradicional, el sacrificio es mayor por la poca predisposición de la gente al cambio.