Es fácil detectar las mentiras porque tu lenguaje corporal da señales claras de que no estás diciendo la verdad. No hay que ser un experto para reconocer los engaños, basta con entrenarnos para observar.
Un consejo: si te sientes tentado a contar una mentira, es preferible el silencio o un mensaje directo: “No tengo información, lo voy a investigar”; “preferiría no hablar sobre ese tema” y listo.
Cuando no dices la verdad, quienes te observan verán en ti algo así como las señales de un semáforo y quedarás en una posición embarazosa.
EXPRESIÓN CORPORAL DE UNA PERSONA QUE MIENTE
- Mueve rápidamente la cabeza hacia atrás, al frente o hacia un lado, a menudo justo antes de responder.
- Su respiración se hace más pesada, aumenta el ritmo cardíaco y la circulación sanguínea producto del nerviosismo ante la posibilidad de ser descubierto.
- Los hombros tienden a levantarse y su voz adopta un tono más bajo.
- Se mantiene muy quieto o rígido. Esta rigidez es señal de estarse preparando para un posible enfrentamiento, de que algo anda mal.
- Repite palabras o frases tratando de convencerte de lo que está diciendo. Busca validar la mentira en su mente o lo hace como manera de ganar tiempo con el fin de ordenar sus pensamientos para dar una respuesta “coherente”.
- Se toca o cubre la boca porque no quiere enfrentar un problema, no quiere revelarlo todo o decir la verdad. La mano obstaculiza “de cierta forma” la comunicación.
- Cubre con sus manos partes vulnerables de su cuerpo como el cuello, el pecho, la cabeza, el ombligo o el abdomen. Es un acto reflejo de autoprotección. Está seguro que la mentira lo hace vulnerable y trata de protegerse.
- Mueve los pies por exceso de nerviosismo y lo hace sin darse cuenta. Es una forma de decir con el cuerpo que desea salir rápido del tema o alejarse de la situación.
- Da demasiada información y detalles que no son solicitados. Al hablar mucho cree que los demás percibirán que su comunicación es abierta y sincera.
- Se le seca la boca, bebe agua o traga saliva. Esto se debe a que en los momentos de estrés, el sistema nervioso disminuye el flujo de saliva en la boca.
- Señala mucho y se pone a la defensiva o emplea un lenguaje agresivo sin razón. De esta forma trata de crear protección ante la posibilidad de ser desenmascarado.
- Mira fijamente a tus ojos, sin pestañear o evita el contacto visual o lanza miradas frías e intimidantes. La forma de mirar depende de su personalidad. Los tímidos, los posesivos, los extrovertidos… cada quien tiene su propio registro visual para mentir.
Como consultor político, invito siempre a todos los candidatos o gobernantes a que abracen el rigor de la verdad. La verdad ante cualquier circunstancia es un ejercicio retador.
A cambio de pequeñas mentiras como: ¡qué bonito te queda ese vestido!; y grandes mentiras como: ¡mañana construyo el puente!, siempre tienes la libertad de elegir el silencio; en especial si eres una figura pública.
¡Tus palabras son las columnas que sostienen un proyecto aún más grande que tú mismo!