En una campaña electoral, la figura del gerente es clave para el logro de los objetivos políticos. Debe ser una persona, preferiblemente, con amplios conocimientos en asuntos electorales y poseer dotes administrativas y gerenciales suficientes para desempeñarse con autoridad en el devenir del debate electoral.
Debe poseer la confianza del candidato y contar con su respaldo para poner en marcha todas las acciones de la empresa electoral; si alguna de las condiciones anteriores llegare a faltar lo mejor es dar un paso de costado o prescindir de sus servicios.
Una de las tareas del gerente de campaña, quizá la más importante, es la de poner en marcha todas las actividades convenidas y mantenerlas bajo el control del diseño estratégico establecido.
Es claro que cuando una campaña marcha bien es porque sus actividades se desarrollan siguiendo los lineamientos estratégicos, pero cuando las cosas van mal se requiere que el gerente haga valer su experiencia manteniendo, controlando y conduciendo la campaña por los caminos establecidos.
Es importante para el éxito de las campañas definir una gerencia única. No hacerlo permitirá que surjan divergencias internas sobre criterios, enfoque y responsabilidades que traerán como consecuencia traumas permanentes en el desarrollo del debate electoral como por ejemplo:
Los temas anteriores, de común ocurrencia, son ocasionados por la falta de autoridad o ausencia del gerente único especialmente en su relación con los voluntarios y allegados familiares que se consideran expertos y que desean colaborar de buena fe en la campaña.
Es responsabilidad del gerente sostener y desarrollar la campaña bajo los lineamientos convenidos, aun contra la opinión de muchos, haciendo las correcciones estratégicas solo si son necesarias.
Un buen gerente deberá tener la capacidad de seleccionar, juzgar y adoptar aquellas buenas ideas que le presenten y que se ajusten a la estrategia convenida.
El gerente debe entender que el tiempo es el activo más importante en una campaña, el que no se puede alterar, y su administración gerencial debe ser por ese motivo óptima, flexible y creativa donde cada programa por desarrollar, debe tener un director – responsable – que en el tiempo establecido ejecute con éxito su tarea.
Diseñar un sistema de información que permita evaluar el avance de las tareas efectuadas y presentárselas al comité estratégico es una función permanente de la gerencia. El sistema establecido deberá al menos, dar respuesta a los siguientes interrogantes: ¿se están cumpliendo los objetivos y cuáles son los costos para lograrlos? ¿Cuáles son las soluciones a los inconvenientes presentados?
Revisar permanentemente el cumplimiento del plan estratégico de campaña no debe ser, por parte de la gerencia, un proceso complicado. Evaluar el impacto de las tareas y los mensajes, revisar la imagen, comparar la estrategia con la de los oponentes y reajustar los programas de ejecución hace parte de sus funciones.
La gerencia debe saber que al acercarse el día de elecciones o día “D” la tensión aumenta con su proximidad. En estos casos, muchas veces, la tensión hace olvidar la estrategia establecida y no regresar a ella o corregir a tiempo es un error que puede costar muy caro en cuanto a las posibilidades de ganar las elecciones.
Seleccionar un gerente de campaña con experiencia electoral y altos principios de administración ayuda a que los logros propuestos se obtengan con mayor eficiencia.
Cali - Colombia
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