Sin importar el tamaño de la contienda, ya sea que se trate de llegar al concejo municipal de una pequeña ciudad o a la presidencia de la república, las campañas políticas no son fáciles de ganar. Son empresas de tiempo completo que requieren determinación, tenacidad, recursos, visión, persistencia, fuerza de voluntad, estrategia, conocimiento de la actualidad política y social del país.

El consultor político es ante todo, el aliado del candidato y el estratega de su campaña. Aconseja, diseña y conduce la puesta en marcha del plan estratégico, así como determina las tácticas efectivas para desarrollar una campaña con éxito. Conoce el terreno y está al corriente de los electores a quienes ha estudiado través de encuestas y sondeos de opinión, los ha caracterizado, sabe lo que esperan de un líder, conoce sus necesidades y sus temas más sensibles. Es un experto analista del mercado electoral y de grupos focales.

El consultor diseña la campaña de tierra y la estrategia de comunicaciones. Traza los lineamientos de la agenda del candidato para optimizar su tiempo en los recorridos y se ocupa del contenido de los mensajes, orienta la propaganda política e indica los medios adecuados para llegar a los grupos más reacios y apáticos de la población.

Corresponde al consultor político estructurar y orientar el equipo inicial de campaña. Es quien sugiere asociaciones para generar alianzas claves que catapulten al candidato en el escenario público, cuidando en paralelo su imagen. Es, ante todo, un administrador de recursos. Enseña a dosificarlos y recomienda cómo, dónde y en qué momento invertirlos con el fin de generar eficiencia y menores costos.

Su labor empieza meses antes de la postulación del candidato. Inicialmente analiza el campo de batalla y alista el terreno para la contienda. Es en esta fase cuando se realizan los primeros sondeos de opinión y se identifican los puntos importantes del proceso electoral. Crea la estrategia. Conduce el desarrollo de la precampaña, señalando el paso a paso a seguir a la vez que sugiere la realización de alianzas políticas que consoliden al candidato. En la etapa de la campaña y hasta el día de elecciones, el consultor político es quien, con mayor objetividad, le habla al candidato. Su trabajo culmina en la post campaña orientando los procesos de empalme y los de la gobernanza.