Inicio / EL ARRAIGO SÍ IMPORTA
Un grupo de colombianos, con experiencia en el manejo de armas de combate, decidió viajar a Ucrania para ponerse a disposición del gobierno de ese país en su conflicto contra Rusia, no por motivaciones ideológicas o políticas, sino por una razón mucho más pragmática y desesperada: el sustento económico. La falta de oportunidades laborales en nuestro país los empujó hacia ese peligroso escenario internacional, donde su única recompensa es un salario que les permita mantener a sus familias en sus sitios de origen.
Estos colombianos, desconocen por completo el país al que han llegado, sus costumbres y los detalles del conflicto en el que ahora participan, lo que les permite ser etiquetados como “mercenarios“. Este término, cargado de connotaciones un poco negativas, define a aquellos extranjeros – foráneos – que participan en un conflicto armado en otro país exclusivamente por dinero.
Curiosamente, esta situación tiene un paralelo inquietante en la administración local de #MiCaliBella. Recientemente, se observa la vinculación de altos funcionarios que, aunque quizás competentes en sus lugares de origen como Bogotá, Barranquilla, Pereira, Neiva e Ibagué, comparten una característica fundamental con los nacionales colombianos que viajaron a Ucrania: la “falta de arraigo“. Estos funcionarios no conocen la ciudad, no tienen vínculos emocionales con ella y su motivación, en la prestación de sus servicios, parece centrarse únicamente en los beneficios económicos que les reporta su cargo. Seguro estoy, que al final de su vinculación, lo más probable es que regresen a sus ciudades de origen, de la misma manera como volverán los “mercenarios” colombianos una vez concluya su contrato en Ucrania.
Esta analogía nos lleva a reflexionar sobre la importancia del “arraigo” en las funciones públicas. La conexión emocional y el compromiso con una comunidad son indispensables para administrar y tomar decisiones que beneficien realmente a la población local. Sin este “arraigo“, tanto los “mercenarios” en el campo de batalla como los “foráneos” en la administración pública son vistos simplemente como actores temporales, cuyas acciones están dictadas no por un compromiso con la causa o la comunidad, sino por un cheque al final del mes.
¿Es justo, entonces, etiquetar a estos “foráneos” como “mercenarios“? Aunque la comparación pueda parecer extrema, sirve para destacar una problemática común: la exportación y/o importación de mano de obra, ya sea en forma de combatientes o de burócratas, que carece de un vínculo genuino con el contexto donde se va a operar. Este fenómeno no solo plantea interrogantes sobre la efectividad de tales prácticas, sino que también subraya la necesidad de fomentar el empleo y la participación local en todos los niveles, desde el campo de batalla hasta en los despachos de los mandatarios locales.
En resumen, tanto en la guerra como en la gobernanza, la lección es simple: “el arraigo sí importa”. Sin él, corremos el riesgo de convertir trabajos importantes en meros intercambios económicos, despojándolos de su verdadero valor y de la posibilidad de lograr cambios positivos y duraderos en beneficio de las comunidades.
Asesor Político
Arraigo:
Conexión profunda y emocional con un lugar, una cultura o una comunidad.
Mercenario:
Soldado que trabaja con el único interés de ganar dinero sin motivaciones ideológicas.
Foráneo:
Que es o viene de otro lugar; extranjero.
Cali - Colombia
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